Hacer cosas pequeñas con gran amor

«Haz las cosas pequeñas con gran amor.»

«Haz las cosas pequeñas con gran amor.»

Esta frase de Madre Teresa es de las que intento pensar más cuando estoy en casa haciendo tareas del hogar.

El hacer cosas de casa, pequeñas, que nadie ve y muchas veces nadie aprecia puede ser abrumador y hacer que uno/a se sienta solo/a, desesperanzado y poco valorado.

Y de hecho que piense: «me siento incomprendida por mi pareja» o «me siento incomprendida y sola».

Y me parece que hablo por muchísimas mujeres y madres de familia de antaño que se dedicaban a la casa y a los hijos.

«Haz las cosas pequeñas con gran amor.»

Madre Teresa de Calcuta

¿Por qué deberíamos hacer las cosas con amor?

En primer lugar, hacer las cosas con amor nos permite aprovechar nuestro mayor potencial. Cuando nos importa de verdad lo que estamos haciendo, ofrecemos nuestra mejor versión en la tarea que tenemos entre manos. Este nivel de compromiso y entusiasmo lleva a una mayor productividad, un rendimiento mejorado y, en última instancia, resultados sobresalientes. Ya sea tu trabajo, un pasatiempo o las tareas diarias, abordarlas con amor las transforma en experiencias gratificantes y significativas.

Además, hacer las cosas con amor cultiva conexiones profundas con quienes nos rodean. Al infundir amor en nuestras acciones, creamos un efecto de ondas de energía positiva que llega a todos con quienes interactuamos. Las personas se sienten naturalmente atraídas por aquellos que abordan la vida con amabilidad y sinceridad, y esto fomenta relaciones armoniosas, tanto a nivel personal como profesional.

Los beneficios de hacer las cosas con amor

Los beneficios de hacer las cosas con amor van mucho más allá de la satisfacción personal. Veamos algunos de los resultados positivos:

1. Aumento de la felicidad:

Cuando abordamos las tareas con amor, cultivamos naturalmente una sensación de alegría y contentamiento. El acto de hacer algo que amamos libera endorfinas, que elevan nuestro estado de ánimo y nuestra felicidad general.

2. Mayor creatividad:

El amor es una fuerza poderosa que desbloquea nuestro potencial imaginativo. Al infundir amor en nuestras acciones, nos abrimos a nuevas perspectivas, ideas frescas y soluciones innovadoras a los desafíos.

3. Conexiones más profundas:

Hacer las cosas con amor no solo beneficia a uno mismo, sino que también alimenta nuestras relaciones con los demás. Nos permite conectarnos en un nivel más profundo, fomentando la empatía, la comprensión y la compasión en todas nuestras interacciones.

¿Qué podemos hacer?

Todos queremos sentirnos mirados, valorados, apreciados y cuando estas cosas pasan no nos sentimos así. En esos momentos debemos intentar ver más allá, aquí te dejamos unos consejillos:

  • Piensa en todo lo que hace tu marido/mujer/pareja por tí también.
    Como es lógico cada uno tiene un sesgo a ver su realidad, su perspectiva, tendemos a pensar que hacemos más que nadie y que vamos más cansados que nadie.

    Eso no tiene porque ser así. De hecho, seguramente tu pareja hace muchas cosas «en la sombra» también.
  • Hablalo con él/ella
    Piensa y estructura bien lo que quieres transmitir.
    Ten en cuenta que seguramente él/ella estará haciendo muchas cosas también que no ves, por lo que no ataques, ni culpes. Habla desde tus sentimientos y desde lo que necesitas.

    «Necesitaría si pudieras…», «Me gustaría mucho si pudieras…» en vez de «Todo lo hago yo», «Estoy cansada de hacerlo todo», «No haces nada«…
  • Rectifica tu intención
    Esta es sin duda una de las partes más difíciles. Recuerda porque haces lo que haces. Porque has decicido tener esta vida. Que intentas conseguir con tus esfuerzos y con lo que haces.

    A mí, cuando me vienen esos pensamientos, intento pensar en mi peque y en mi marido. En como les quiero, en como me gusta que estén bien cuidados, bien atendidos, en ponerles facilidades… Y aún así muchas veces es un reto: estar en la sombra (o sentirse que uno lo está) no es siempre fácil.
  • Pide ayuda a Dios
    Si eres creyente esta es sin duda tu mejor ayuda. Piensa por QUIÉN haces las cosas, ofrécele tu soledad, tristeza, incomprensión y esfuerzos a Dios. Y pidele que te agrande el corazón.
    Verás como poco a poco se te hace todo más llevadero.

En conclusión

Hay belleza y magia en hacer las cosas con amor. Infundir amor en nuestras acciones no solo trae resultados sorprendentes, sino que también enriquece nuestras vidas y las vidas de quienes nos rodean.

Hagamos un esfuerzo consciente para abordar cada tarea con mucho amor, extendiendo amabilidad, positividad y excelencia en todo lo que hacemos. Recuerda que cuando haz las cosas con gran amor, el mundo se convierte en un lugar mejor para todos.