Como padres, es esencial comprender y apoyar el desarrollo de las habilidades motoras de nuestro hijo. Las habilidades motrices se refieren a la capacidad del niño para controlar sus músculos y coordinar movimientos. Este aspecto vital de su desarrollo físico desempeña un papel importante en su crecimiento y bienestar generales. En esta completa guía, exploraremos las etapas del desarrollo de la motricidad infantil de 0 a 24 meses, ofreceremos consejos prácticos y proporcionaremos recomendaciones útiles para ayudar a fomentar las habilidades motoras de tu hijo.
Comprender el desarrollo de las habilidades motoras
El desarrollo de las habilidades motoras abarca dos categorías principales: las habilidades motoras gruesas y las habilidades motoras finas.
Habilidades motrices gruesas

Las habilidades motrices gruesas implican el uso de grandes grupos musculares y la capacidad de realizar movimientos que requieren fuerza física, equilibrio y coordinación.
Ejemplos de habilidades motoras gruesas son gatear, andar, correr, saltar, brincar y subir escaleras.
Estas habilidades son esenciales para la forma física general y la independencia.
Habilidades motrices finas
Las habilidades motrices finas implican la coordinación precisa de los músculos pequeños, sobre todo de las manos y los dedos, para realizar tareas que requieren destreza y control.
Ejemplos de habilidades motoras finas son escribir, dibujar, cortar con tijeras, utilizar utensilios, abotonarse la ropa y atarse los cordones de los zapatos.
Estas habilidades son vitales para las actividades cotidianas y el éxito académico posterior.
Etapas del desarrollo de las habilidades motoras
El desarrollo de las habilidades motoras progresa en una secuencia de etapas, y cada niño alcanza estos hitos a su propio ritmo.
Es crucial proporcionar un entorno de apoyo que fomente la exploración y la práctica, permitiéndoles dominar cada etapa.
He aquí las etapas clave del desarrollo de las habilidades motoras:
Etapa 1: Movimientos Reflexivos (0-4 Meses)
Durante esta etapa, los bebés muestran movimientos reflexivos. Agarran objetos instintivamente, buscan alimentos y dan pasos cuando se les mantiene erguidos.
Fomenta el tiempo boca abajo para fortalecer los músculos del cuello y la espalda y favorecer el control de la cabeza.
Etapa 2: Reacciones circulares primarias (4-8 meses)
Los bebés empiezan a repetir movimientos intencionadamente. Aprenden a darse la vuelta, a sentarse con apoyo y a alcanzar objetos.
Ofrécele juguetes seguros y adecuados a su edad para estimular los movimientos de alcance y agarre.
Etapa 3: Reacciones Circulares Secundarias (8-12 Meses)
En esta etapa, los bebés exploran su entorno de forma más activa.
Empiezan a gatear o a desplazarse, a levantarse para ponerse de pie y se vuelven más hábiles en el uso de las manos para manipular objetos. Crea un espacio seguro para que practiquen el gateo y proporciónales objetos para su exploración.
Etapa 4: Coordinación de esquemas secundarios (12-18 meses)

Los niños pequeños se vuelven más hábiles en la coordinación de sus movimientos.
Empiezan a caminar de forma independiente, a subir escaleras con apoyo y a utilizar las manos para apilar bloques o verter arena. Fomenta el juego al aire libre y ofrécele juguetes que impliquen montar o clasificar objetos.
Etapa 5: Reacciones circulares terciarias (18-24 meses)
Durante esta etapa, los niños pequeños exploran su entorno con mayor curiosidad. Se vuelven más hábiles trepando, corriendo y saltando.
Proporciónales oportunidades de participar en juegos activos, como visitas al parque o carreras de obstáculos sencillas.
Etapa 6: Pensamiento Simbólico Temprano (24 Meses)
Los preescolares perfeccionan sus habilidades motrices, haciéndose más precisos en sus acciones. Pueden pedalear un triciclo, cortar con tijeras, escribir formas básicas y vestirse solos con una ayuda mínima. Involúcralos en actividades que fomenten la motricidad fina, como dibujar, pintar y jugar con bloques de construcción.
Consejos prácticos para favorecer el desarrollo de la motricidad
Aquí tienes algunos consejos prácticos para ayudar al desarrollo de la motricidad de tu hijo:
- Permite un amplio tiempo de juego supervisado para fomentar la exploración y la actividad física.
- Crea un entorno seguro y estimulante que inspire el movimiento.
- Realiza actividades que fomenten tanto la motricidad gruesa como la fina, como lanzar o coger una pelota, construir puzzles o ensartar cuentas.
- Proporciona juguetes apropiados para su edad que fomenten el alcance, la prensión y la resolución de problemas.
- Fomenta el juego al aire libre y las visitas a parques infantiles para potenciar habilidades motoras gruesas como correr, trepar y saltar.
- Ofrece materiales artísticos para actividades que fomenten la motricidad fina, como dibujar, recortar y colorear.
- Fomenta la independencia permitiendo que tu hijo se vista solo, se abroche la ropa y se ate los cordones de los zapatos.
- Apoya la coordinación mano-ojo mediante actividades como atrapar y lanzar pelotas o tocar instrumentos musicales sencillos.
- Ofrece oportunidades de juego sensorial con diversas texturas y materiales, como arena, agua o plastilina.
- Participa en actividades que impliquen coordinación bilateral, como montar en bicicleta o utilizar tijeras.
En conclusión
Comprender y apoyar el desarrollo de las habilidades motoras de tu hijo es fundamental para su crecimiento e independencia generales.
Si le proporcionas un entorno enriquecedor y participas en actividades que fomenten tanto la motricidad gruesa como la fina, puedes ayudarle a alcanzar sus hitos de desarrollo. Recuerda que cada niño progresa a su propio ritmo, así que ten paciencia y celebra cada logro a lo largo del camino.
Ahora que dispones de una guía completa y de consejos prácticos, estás bien equipada para apoyar el viaje de tu hijo hacia las habilidades motoras.
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